CENTRO DE ESCUCHA

INTRODUCCIÓN

 

El Centro de escucha de la Escuela Normal Superior “Rafael María Giraldo” es un servicio de  de Humanización que a través de su proyecto de COMUNIDAD Y CONVIVENCIA se viene realizando como proceso de acompañamiento a maestros en formación, Padres de familia y Maestros formadores. El fin es ayudar a quienes pasan por una situación de sufrimiento o crisis y poder prestar un acompañamiento emocional y espiritual que les ayude en su crecimiento personal.

 

Se inició con una formación a 7 personas voluntarias Maestros formadores de la Institución y Jubilados retirados con la Asesoría de la Universidad San Buenaventura. Después de algunos talleres se abrió el centro de escucha con la motivación a la comunidad Educativa, fijando horario y lugar de atención especial que tuviera privacidad, seguridad y acogida.

 

La estrategia utilizada son las entrevistas individuales, partiendo de lo que desea expresar la persona que lo solicita.

 

 

La condición primera es la escucha atenta sin intervenciones, ni sugerencias que obstaculicen la libre comunicación de la persona, se garantiza total reserva de lo expresado durante la sección. Lo más importante es establecer un diálogo cómodo en ambiente de acogida y escucha atenta.

 

 

JUSTIFICACIÓN

 

Toda persona debería tener la posibilidad de ser escuchada, de poder poner en palabras su experiencia, especialmente cuando ésta es difícil, y hacerlo en un contexto de respeto, de sencillez e informalidad, donde la intención no sea maquillar la realidad o cambiarla, sino simplemente decirla, decir su palabra, salir del silencio, no callar aquello que hiere, que detiene, que hace daño y que se vive solo, en el pensamiento o en el imaginario.

 

El acto mismo de hablar, tras de lo que se dice, señala P. Julien, es importante: es el movimiento que nos lleva hacia fuera, hacia otro, aquel en quien confiamos sabrá acoger lo que queremos decir, creando un nuevo lazo interpersonal, reconciliándonos con la comunidad, sacándonos del aislamiento. La palabra intercambiada en la confidencialidad y en la seguridad es la que puede constituir un acto creador y terapéutico, un vínculo social.

 

Además, decir la experiencia personal a alguien que no la utilizará para ejercer poder, ni para influir en ella con consejos o emitiendo juicios, es decir, alguien que comprende la complejidad y misterio que encierra la existencia de cada persona y que se propone como escuchador, como acompañante, permite a quien la dice, el reconocimiento y la valoración de la propia vida y sobre todo asumir la responsabilidad que esto implica; permite tomar la orientación hacia “el cuidado de sí mismo”, en el sentido de hacerse cargo de la construcción de la propia existencia, como sujeto libre y consciente y lograr con mayor probabilidad un cambio.

 

Un espacio de escucha es una oportunidad de hablar, de ser escuchado, de dialogar. Las posibilidades y características del lenguaje como energía, según la profunda reflexión filosófica de S. Freud, ha sido determinante para entender el poder terapéutico que éste tiene; la persona, al encontrar las palabras para reconocer la experiencia vivida y narrarla, tiene la posibilidad de comprenderla, reconstruirla y resignificarla, estando así en mejor posibilidad de resolver conflictos y fortalecer sus propios recursos.

 

La narración de lo vivido, adquiere sentido en la intersubjetividad, donde se reelabora la experiencia ante el otro, que con respeto y cuidado, acoge, escucha y acompaña, en forma profesional.

 

 

El Centro de Escucha en la Escuela Normal desde la pedagogía del acompañamiento es concebida por santa María Bernarda como el  encuentro con el otro en la relación de proximidad, de disponibilidad, especialmente el que es vulnerable, el que necesita ser escuchado, atendido desde su necesidad, su experiencia su estado emocional.

 

Consciente de que la escucha sana, que tiene una propiedad curativa y que es una forma eficiente de sanación personal, se plantea como una propuesta de trabajo voluntario que permite generar espacios de desahogo y expresión libre frente a una determinada situación, busca fortalecer los lazos de convivencia institucional y familiar y  pretende ser motor de formación en la escucha y la aceptación de las diferencias individuales.

 

 

OBJETIVOS

 

  •  Propiciar encuentros de escuchar cara a cara donde se dé una relación de confianza, sinceridad y respeto en un movimiento de responsabilidad  personal y comunitaria.
  • Trabajar con la persona, más que con su problema buscando la integridad y dignidad de su ser donde se pueda reconocer y fortalecer  para encontrar la solución a sus propios  problemas.
  • Proporcionar ambientes de confianza, comunicación  y disponibilidad  para atender a quienes lleguen con deseos de ser escuchados.

 

ESTRATEGIAS

 

·         Creación de un espacio fijo, en condiciones de comodidad, higiene y estética para la atención de personas.

·        Organización de trabajo de grupo de oyentes en talleres de trabajo y el compartir de experiencias.

·         Fijación de horario de atención para el centro de escucha.

 

BENEFICIARIOS

 

Padres de familia, Maestros en Formación, Maestros formadores y en general toda la comunidad educativa