Justificación

Una de las finalidades básicas de la Educación es contribuir a desarrollar en los  estudiantes capacidades para que ejerzan su ciudadanía en pleno derecho, lo anterior implica que la escuela no debe limitarse a emprender asuntos estrictamente académicos sino que le corresponde dinamizar procesos que relacionen las disciplinas del saber con la cotidianidad, posibilitando que los estudiantes comprendan dicha realidad desde juicios críticos y adoptando actitudes libres, sensibles y racionales.

 

Dichos procesos son factibles con la inclusión de los Proyectos Pedagógicos Transversales en la escuela, ya que éstos vinculan sociedad, cultura, escuela y vida, propiciando además mejores condiciones de existencia para los estudiantes y por ende su grupo familiar y social.

 

Reconociendo la intencionalidad del proyecto, la cual es renovar los vínculos asertivos entre los distintos actores de la comunidad educativa, es necesario entender la concepción de vínculo para dimensionar la trascendencia del proyecto.

 

La palabra Vínculo, procede del latín, del término “vinculum” que significa atadura, cadena, vínculo. El término “vinculum” a su vez proviene de la unión de la raíz “vincire” (atar), con el sufijo “-culum”. El concepto de un vínculo, por lo tanto, desde un punto de vista etimológico, se refiere a cómo las personas se atan, se encadenan o se vinculan.

 

Estas formas de enlazarse en las relaciones interpersonales constituyen el núcleo fundamental de estudio de los vínculos interpersonales. Por tal motivo la Escuela Normal se interesa por dinamizar los vínculos interpersonales para mejorar la comunicación asertiva entre todos los miembros de la comunidad educativa, proceso que repercute tanto en el bienestar personal como en las relaciones interpersonales y sociales.

 

Un vínculo relacional sano, es aquel que permite,  experimentar seguridad a partir del afecto y estimulación apropiada, además de la  autonomía personal.

 

Para la Escuela Normal es fundamental mantener vivo los vínculos, porque considera que no es un estudiante el que se matricula, sino una familia, y por lo tanto el ambiente escolar debe ser un espacio familiar que estimule a los educandos a solucionar las dificultades, contando con el acompañamiento adecuado de los formadores y adultos que trabajan en la Institución; de igual modo la familia respalda el proceso de manera significativa y asertiva.

Los vínculos relacionales sanos son determinantes en las relaciones pedagógicas, esto se hace visible con el reconocimiento del otro como sujeto de derechos y deberes, además como interlocutor de la cultura en la cual se encuentra inmerso y a la vez construye desde su proyecto de vida y participación social